Es uno de los objetos más característicos y tradicionales del Santuario de Covadonga.

Se documentan encargos de estas cintas desde el siglo XVIII y, junto a medallas y estampaciones en forma de grabados, eran los únicos objetos que los peregrinos podían adquirir como recuerdo para llevarse a casa o como regalo a familiares.

Las cintas solían ser de seda estampada y los sacerdotes o devotos las pasaban por el manto de la Virgen, como muestra de devoción o como forma de bendecirlos. Las había de varios colores y de dos dimensiones: chicas o grandes. Normalmente, suelen tener el tamaño de la Virgen. En el caso de la Virgen de Covadonga es de 71,5 cm.

El auge de estas cintas o medidas en el Santuario de Covadonga, tuvo lugar durante todo el siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, época en la cual se vieron desplazadas por el comercio de medallas.

Hoy en día, esta tradición se ha vuelto a recuperar para la cinta medida